domingo, 7 de julio de 2013

Insomnio

Ahora les describiré una de las razones por las cuales no pude dormir anoche...






"Es que se repitió dos veces" le dije  aterrada a mi amiga antes de comenzar a contarle mi escalofriante aventura que me tiene con insomnio.


Se supone que tenía que ir a buscar algo y defender a la gente de una casa, la casa era grande, a la derecha tenía un cuarto con una ventana que daba a la calle y al lado de la ventana una gran escalera de mármol que subía en círculos, por la izquierda hay como un salón de té de la alta sociedad, el piso está cubierto con una alfombra roja y la ventana que da a la calle está cubierta por una elegante cortina color crema. En medio hay un pasillo con muchas puertas mal pintadas que no alcanzo a ver con claridad, pero se supone que era una casa en la que había mucha gente, como si fuesen refugiados políticos o algo por el estilo.
Cuando entré me habló una monja vestida de blanco, sus facciones eran rectas, pero al parecer esta preocupada por algo, porque cuando baja de las escaleras con unas niñas pequeñas (de las cuales supongo que cuidaba) me dirige la palabra, a pesar de su cara de pánico me habla con ternura y calma, me dice cosas buenas y malas sobre mi, sobre mi vida, como si me conociese desde siempre, finalmente puso una de sus manos en mi hombro y las palabras que salieron de su boca me llenaron de terror "más tarde seguimos conversando pero no te lo puedo prometer, porque no se si vamos a seguir vivos después de que ellos lleguen".

Tenía el presentimiento de que sabía que se venía algo, pero no tenía ni la más nimia idea que era, estaba invadida por el miedo y después la monja me hace mirar por la ventana y me dice "me voy a esconder porque ellos vienen, se que tu puedes contra ellos" y se va con las 3 niñas que cuidaba y yo me quedo con cara de "¿qué rayos hago aquí?". Miro afuera y hay una limosina, la maneja una mujer con una cabellera larga y oscura.

Mientras tanto en la otra pieza, de la "sala de te", se encontraba una señora vestida con clase y un caballero de más edad que tenía bigote y barba blanca que no paraba de decir que la mujer que manejaba era la culpable y que ella los estaba "psicopateando" y que había que matarla porque traía consigo algo así como a una mafia que acabaría con todos nosotros.
Entonces entran a la casa con unos hombres de traje desde ahí en adelante todo pasa demasiado rápido y alguien me golpea, comienzo a ver todo borroso y lo ultimo que vislumbré fue un niño moreno que se asomaba por la puerta y se ponía a pelear con el hombre que me había matado(?)....

Después cerré los ojos porque supongo que morí.

Segundos después aparecí de nuevo hablando con la monja y pasaba exactamente lo mismo, todo era una extraña sensación de deja vú hasta el momento en el que entraba a la "sala de te" entonces el señor de la barba repetía el mismo parlamento y después me miraba a mi como buscando una respuesta en mi rostro, parecía amargado y con la rabia saliendo de las honduras de sus pupilas, los hombres volvieron a entrar a la casa, pero ahora mi amigo (que no tengo idea quien era, pero tenía la convicción de que era mi amigo) estaba conmigo cuando entraban a la casa y la mujer de la cabellera negra ya no aparecía, de un momento a otro siento la mirada del abuelo amargado clavada a mi, se acerca ligeramente sin que yo lo note a golpearme, pero yo no logro reaccionar a su ataque, no obstante mi amigo lo detiene y mágicamente aparece una especie de mini cuchillo espadachín ninja, entonces empiezo a herir a todos los hombres de traje, en lo que después el caballero de barba blanca me empieza a perseguir , pero alguien comenzaba a cortarle la cara con mi arma y después le hace un corte en el cuello, esa misma persona me dice que corra ...yo corría por afuera de la casa y me metía por unos pasajes que no conocía esperando encontrar alguna salvación en aquella ciudad llena de paredes y casas hermosas, sentía que alguien me perseguía y sabía que a mi amigo lo habían matado por mi culpa, a pesar de que no lo había visto morir algo me decía que ya no se encontraba con vida, lo cual era lógico, porque era más o menos 10 personas contra ¿dos? ¿Y qué le había pasado a la demás gente de la casa? ¿Y a las niñas que cuidaba la monja? ¿estarían bien escondidas? ¿Las habrán encontrado los hombres de traje? ... Eran demasiadas preguntas que me invadían mientras corría y sentía pasos tras los míos, además tenía claro que no había ningún escape y que el abuelo de la barba blanca no era quien parecía ser, yo debía protegerlos pero estaba escapando como una cobarde, entonces me devolví para reencontrarme con todo lo que me aterraba y antes de dar la media vuelta para regresar.... desperté.

Desperté sobresaltada, a punto de llorar y muerta de miedo.










Conclusión: nunca más tomo café antes de dormir.

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