miércoles, 10 de julio de 2013

Estas son cosas que se escriben a las 3 A.M en un cuaderno andrajoso

Sin comentarios.-


Vino y se desvaneció entre sus sentidos haciendo honor a su inhumana naturaleza intangible, recorrió las honduras de sus pensamientos desatando cosas que no conocía de si misma, rompiendo sin querer esquemas de su fiel hipocresía.

Observó en silencio ese pequeño momento de su eternidad, las gotas de felicidad en las facciones de su rostro, el esfuerzo de la vida en sus ya gastadas articulaciones y la magia escondida tras las pupilas de sus ojos.

Se encontraba en un lugar seguro, no obstante, de un segundo a otro todo parecía ser desconocido. Entonces intentaba recordar lo que el olvido le robaba a ratos, pero solo lograba ver como los momentos pasaban sin poder atraparlos, eran etéreos y rápidos como el flash de un paparazzi, pero jamás duraderos, jugaban con ella como niños escurridizos escondiendo sus más preciadas joyas.

Sentada en su silla las tardes de verano usurpaba sonrisas a los niños y en los tiempos fríos se veía atrapada por las sábanas; quizás un día sus pulmones se cansaron, quizás ella misma quiso marcharse después del invierno, pero se fue feliz con una sonrisa y con todo aquel olvido traicionero que por años le hizo poco a poco rozar la locura.


domingo, 7 de julio de 2013

Insomnio

Ahora les describiré una de las razones por las cuales no pude dormir anoche...






"Es que se repitió dos veces" le dije  aterrada a mi amiga antes de comenzar a contarle mi escalofriante aventura que me tiene con insomnio.


Se supone que tenía que ir a buscar algo y defender a la gente de una casa, la casa era grande, a la derecha tenía un cuarto con una ventana que daba a la calle y al lado de la ventana una gran escalera de mármol que subía en círculos, por la izquierda hay como un salón de té de la alta sociedad, el piso está cubierto con una alfombra roja y la ventana que da a la calle está cubierta por una elegante cortina color crema. En medio hay un pasillo con muchas puertas mal pintadas que no alcanzo a ver con claridad, pero se supone que era una casa en la que había mucha gente, como si fuesen refugiados políticos o algo por el estilo.
Cuando entré me habló una monja vestida de blanco, sus facciones eran rectas, pero al parecer esta preocupada por algo, porque cuando baja de las escaleras con unas niñas pequeñas (de las cuales supongo que cuidaba) me dirige la palabra, a pesar de su cara de pánico me habla con ternura y calma, me dice cosas buenas y malas sobre mi, sobre mi vida, como si me conociese desde siempre, finalmente puso una de sus manos en mi hombro y las palabras que salieron de su boca me llenaron de terror "más tarde seguimos conversando pero no te lo puedo prometer, porque no se si vamos a seguir vivos después de que ellos lleguen".

Tenía el presentimiento de que sabía que se venía algo, pero no tenía ni la más nimia idea que era, estaba invadida por el miedo y después la monja me hace mirar por la ventana y me dice "me voy a esconder porque ellos vienen, se que tu puedes contra ellos" y se va con las 3 niñas que cuidaba y yo me quedo con cara de "¿qué rayos hago aquí?". Miro afuera y hay una limosina, la maneja una mujer con una cabellera larga y oscura.

Mientras tanto en la otra pieza, de la "sala de te", se encontraba una señora vestida con clase y un caballero de más edad que tenía bigote y barba blanca que no paraba de decir que la mujer que manejaba era la culpable y que ella los estaba "psicopateando" y que había que matarla porque traía consigo algo así como a una mafia que acabaría con todos nosotros.
Entonces entran a la casa con unos hombres de traje desde ahí en adelante todo pasa demasiado rápido y alguien me golpea, comienzo a ver todo borroso y lo ultimo que vislumbré fue un niño moreno que se asomaba por la puerta y se ponía a pelear con el hombre que me había matado(?)....

Después cerré los ojos porque supongo que morí.

Segundos después aparecí de nuevo hablando con la monja y pasaba exactamente lo mismo, todo era una extraña sensación de deja vú hasta el momento en el que entraba a la "sala de te" entonces el señor de la barba repetía el mismo parlamento y después me miraba a mi como buscando una respuesta en mi rostro, parecía amargado y con la rabia saliendo de las honduras de sus pupilas, los hombres volvieron a entrar a la casa, pero ahora mi amigo (que no tengo idea quien era, pero tenía la convicción de que era mi amigo) estaba conmigo cuando entraban a la casa y la mujer de la cabellera negra ya no aparecía, de un momento a otro siento la mirada del abuelo amargado clavada a mi, se acerca ligeramente sin que yo lo note a golpearme, pero yo no logro reaccionar a su ataque, no obstante mi amigo lo detiene y mágicamente aparece una especie de mini cuchillo espadachín ninja, entonces empiezo a herir a todos los hombres de traje, en lo que después el caballero de barba blanca me empieza a perseguir , pero alguien comenzaba a cortarle la cara con mi arma y después le hace un corte en el cuello, esa misma persona me dice que corra ...yo corría por afuera de la casa y me metía por unos pasajes que no conocía esperando encontrar alguna salvación en aquella ciudad llena de paredes y casas hermosas, sentía que alguien me perseguía y sabía que a mi amigo lo habían matado por mi culpa, a pesar de que no lo había visto morir algo me decía que ya no se encontraba con vida, lo cual era lógico, porque era más o menos 10 personas contra ¿dos? ¿Y qué le había pasado a la demás gente de la casa? ¿Y a las niñas que cuidaba la monja? ¿estarían bien escondidas? ¿Las habrán encontrado los hombres de traje? ... Eran demasiadas preguntas que me invadían mientras corría y sentía pasos tras los míos, además tenía claro que no había ningún escape y que el abuelo de la barba blanca no era quien parecía ser, yo debía protegerlos pero estaba escapando como una cobarde, entonces me devolví para reencontrarme con todo lo que me aterraba y antes de dar la media vuelta para regresar.... desperté.

Desperté sobresaltada, a punto de llorar y muerta de miedo.










Conclusión: nunca más tomo café antes de dormir.

jueves, 4 de julio de 2013

Historias de Grandes Pequeños

2006, 2007, 2008 El momento en el que empecé a escribir...


Los días de lluvia son como la inspiración máxima,  es como si las gotas me dijeran las palabras que tengo que escribir, me traen recuerdos.
                Cuando iba en séptimo básico pensaba que las persona que tenia a mi alrededor, las tendría a mi lado toda la vida, pensaba que mis profesores de ese entonces me recordarían como la gran alumna que era, me gustaba estar con los pocos amigos que tenía y me aterraban cosas como hablar en público o con alguien desconocido.




                Recuerdo  que me caracterizaba por ser una chic callada y señorita, mi abuela me peinaba a más no poder y mis ojos quedaban absolutamente chino-coreanos-japoneses, así era en el exterior. No obstante cuando llegaba a mi casa era como si me cambiaran por completo, recuerdo pasar tardes enteras viendo Shaman King y otras series, la verdad es que tuve una base televisiva muy amplia,  me podía pasar horas viendo Tv, desde Invasión en la tarde hasta la noche en el Nickelodeon, cuando daban Kenan y Kel, Sabrina la bruja adolescente, junto con millones de cosas más, no se en qué momento estudiaba para mantener mi promedio seudo perfecto, pero recuerdo haber sido bastante responsable y aun lo soy, pero con toda esa televisión  que veía se me hace imposible pensar que al parecer de verdad tenía padrinos mágicos.

 Existía tanta quietud en mi cabeza hasta que en un momento mi cerebro comenzó a comunicarse con mi subconsciente y comencé a escribir. Mis primer encuentro con este arte fue el 2006  en el mes de Mayo, recuerdo que había que escribir una historia y a mi no se me ocurría nada, porque todo lo que pensaba que era original ya había salido en la tele antes, además tenía la enorme distracción de mi compañero Carlos hablando y hablando, es que Carlitos jamás paraba de hablar, eso me desesperaba entonces relaté la historia de Carlos. No les mentiré, el relato era sobre un niño que le estaba  haciendo el regalo del día de las madres en el colegio y se le caía la colafría al piso,  en tanto su profesora (que era muy mala) lo hacía limpiarla del suelo, al susodicho se le hacía tarde y se quedaba encerrado en la sala, fue entonces que pasaron una serie de sucesos impredecibles que hicieron que al otro día Carlos apareciese muerto cuando sus compañeros llegasen en la mañana, el cuento concluía con la frase “Había muerto hace poco, ya que aun escurría la sangre”. 

Pienso que la gente que leyó eso pensó que de verdad tenía problemas a la cabeza, pero ¿Saben? , aun me gusta la frase con la que concluí la historia. Cuando salió publicada en un libro que juntaba todas las historias de mi curso Carlitos casi se murió de la impresión, o quizás fue antes, pero era una pequeña venganza porque cuando nos conocimos me molestaba porque mi abuelita me mandaba al colegio con paraguas algunos días que había sol, no obstante gracias a ese hecho se que me recordará por toda la vida.  

Luego, recuerdo que me dijeron que me iba a cambiar de colegio, la noticia me cayó como un yunque en la cabeza, fue entonces cuando comencé a escribir cartas de despedida que nunca entregué y que hasta el día de hoy conservo, era como hablar conmigo misma y expresar mis sentimientos escribiendo hasta en fotolog todo lo que iba a extrañar a esas personas que en ese tiempo , según yo, serían mis amigos para toda la vida.

Los años pasaron y llegó la adolescencia, en un colegio nuevo donde no conocía a mucha gente, y era todo demasiado diferente, primero me aterraba la idea de que no había pasto porque en mi antiguo colegio había muchas canchas por todos lados, zona de pic nic, etc. Y en el nuevo lugar solo cemento, además pasar de un colegio mixto a uno solo de niñas fue  extraño. Todo fue tan nuevo y los cambios fueron tan vertiginosos  que tomé un cuaderno en desuso y comencé a escribir y escribir cosas que jamás  pensé que algún día iban a salir de mi cabeza y así sigo hasta el día de hoy porque allí empezó todo   y jamás iba a imaginar que ocho años más tarde aun estaría como loca tratando de sacar tanta idea suelta desde las honduras de mi cerebro.









Pd: Carlos, amigo si lees esto te quería dar las gracias por dar el puntapié inicial que desembocó en algo que jamás pensé que se transformaría en mi forma de vivir, no quise matarte de verdad, si ahora hasta me siento culpable cuando mato a los personajes ficticios de mis historias,  creo que es por eso que te tengo tanto cariño y por todas esas anécdotas que aún nos quedan por vivir. Ojalá que te acuerdes de esa frase que te dije una vez “Quiero continuar  loco viviendo mi vida como un sueño y no como los demás desean” .